lunes, 17 de marzo de 2014

Dolor en Los Amores por la muerte de Ovidio Esteban Fernández

CARTA DEL PUEBLO LOS AMORES | VERA
"Queremos saber de qué se nos murió Ovidio..."

Pobladores/as de Los Amores (Vera | Santa Fe) empujados por el dolor y la indignación dieron a conocer una carta dirigida a las y los médicos de los Hospitales de Los Amores/Reconquista para pedir el esclarecimiento de la muerte de "Ovi", como lo llamaban en el pueblo. En una parte de la carta expresa: “A ustedes, médicos/as que lo miraron sin verlo: queremos saber de qué se nos murió Ovidio (porque se nos murió a todos/as)…”. Con estas palabras todo un pueblo pide explicaciones ante la muerte de Ovidio Fernández de 26 años.
 

Audio de la entrevista realizada por "VeraNoticias" a Elizabeth Maidana.



A continuación, compartimos el contenido de la carta (textual)

Los Amores, 6 de marzo de 2014
(A una semana de su muerte)
SEAMOS SU VOZ

A los/as Médicos/as de
Hospitales Los Amores/Reconquista:

Las personas abajo firmantes nos dirigimos a usted/es en medio del dolor ante esta pérdida enorme, irreparable, increíble y tan repentina…: la muerte de Ovidio Esteban Fernández -“Ovi”- , hijo amado de su madre y de su abuela, hermano fiel de sus hermanos/a de la sangre y de sus hermanos/as de la vida.

Creemos que hasta a la muerte la tomó desprevenida su partida, pues no aceptamos que en una semana se produjera tal desenlace; ya que él y su mamá viajaron, fueron y vinieron buscando ayuda en esas personas que se supone son quienes cuidan nuestra salud: los médicos, en este caso de los hospitales públicos, que debieran atender a la gente humilde con todo el respeto que toda persona merece sin importar si tiene o no obra social o tarjeta de crédito.

Ovidio buscó ayuda médica, y demasiadas dudas quedan como para continuar atragantándonos con el dolor y las preguntas. Si ante cualquier muerte uno/a termina preguntándose “por qué”, en este caso la sensación de que no se hizo todo lo que se debiera haber hecho es muy fuerte y NECESITAMOS, EXIGIMOS RESPUESTAS CLARAS de quienes se supone que son empleados públicos puestos para cuidar la vida de la gente porque saben hacerlo.

Sabemos que con la lluvia no se puede; que los sucesivos gobiernos que nos aislaron al robarnos el tren y continúan haciéndolo al no asfaltar las rutas, que dejan los hospitales de los pueblos vacíos de remedios y aparatos y esperanza son responsables; pero no aceptamos el no hacer hasta lo imposible por mirar adentro del cuerpo para ver qué está pasando -con toda la tecnología que hoy está disponible en otros lugares-; no aceptamos los horarios de quienes en vez de ayudar inmediatamente pueden dormir tranquilos mientras una persona agoniza en la pobre habitación hospitalaria; no aceptamos que no se utilice todo el poder que dan los cargos y los puestos de trabajo para comunicarse y encargarse de que se esté haciendo todo lo que debe hacerse.

Exigimos/necesitamos respuestas:

-Porque Ovidio es uno de los nuestros, y no podemos resignarnos a no poder siquiera saber a ciencia cierta de qué se murió.

-Porque van a seguir habiendo “Ovidios” si dejamos que esto pase sin buscar, sin encontrar respuestas.

-Porque la dignidad de una sola vida humana vale más que toda la plata del mundo, y creemos que Ovidio no tuvo de su lado a las personas que podrían haber cambiado sus circunstancias y hasta quizás evitar su muerte.

-Porque la lluvia es lluvia y nadie la para, pero el ser humano va decidiendo a cada minuto qué hacer, y eso tienen que saberlo todos y todas quienes tengan algún poder sobre la vida y la salud de la gente. Todos/as somos responsables de lo que hacemos o dejamos de hacer.

-Porque la muerte es un destino inevitable; pero eso no justifica la desidia, el abandono ni el desinterés. Con las personas no se trabaja desde la indiferencia.

-Porque nuestra salud no está cuidada y Ovidio es el actual trágico ejemplo; porque no tendremos paz si no podemos al menos cuidar a los suyos y cuidarnos entre todos buscando la verdad, expresando nuestra indignación.

-Porque Ovidio se murió como no quisiera nadie que un ser querido muriera: cabalgando las huellas en el barro en una camioneta que no es la ambulancia equipada y preparada que la gente que enferma merece tener a su disposición inmediata; después de haber hecho otro viaje de más de diez horas en colectivo y en tren, dando la vuelta por el Chaco, volviendo de un hospital en donde le dijeron que sólo era un “empacho”. Porque a poco de llegar, a la madrugada cuando ya no pudo más, su hermanito salió de la humilde casa en lo que sería el último viaje del hermano mayor, su referente, su amigo: hacia el hospital, en el barro, levantándolo trabajosamente en sus brazos porque Ovidio no podía caminar más. Y desde ahí, sobrevivió sus últimas horas sufriendo hasta las once de la mañana, hora en que partió en camioneta barreando, buscando ayuda una vez más en ese mismo hospital en el que el día anterior había sido dado de alta. Por todo eso su muerte fue violenta y nos violenta, nos agrede, nos indigna. No es justo que aventuremos respuestas que otros debieran dar. Sí, claro: “una infección muy grande llevó a que se parara su corazón”, ¿pero tan invisible e imposible de detectar a tiempo fue? ¿No hay manera de detectarla a tiempo? ¿No hay remedios para eso, no hay tratamiento? ¿No deberían haberlo observado más de cerca, hacer estudios, análisis, etc?

Todos/as vamos a morir: así es, es una de las pocas certezas de la vida. Pero la vida se cuida hasta el último instante; e importa el cómo, no es lo mismo cualquier forma, y las circunstancias de esta muerte fueron demasiado tristes para nuestro payador alegre y compañero de tan solo 26 años, tan lleno de vida pocos días atrás.

A ustedes, médicos/as que lo miraron sin verlo: queremos saber de qué se nos murió Ovidio (porque se nos murió a todos/as), más allá de que sepamos que el por qué más profundo está en este ignorante modo en que vivimos, en el que a demasiada gente le interesa solamente lo que le dé ganancia, fama, poder…y no cualquier vida que por el solo hecho de ser vida merece vivir.

Otra pregunta, una de las tantas, desgarra, desespera: “¿estaría vivo hoy Ovidio si hubiera tenido plata con la que comprar una mejor atención?”

Esta carta no pertenece a una instancia de reclamo legal - formal; pero no por eso deben ustedes prestarle menos atención, porque aquí está todo un pueblo cansado de ser descuidado.

No exigimos compasión, pero sí respuestas responsables.

Las esperamos, queremos/necesitamos/exigimos saber de qué enfermedad padecía Ovidio y qué se hizo, cómo se trató esa enfermedad en todo el proceso.

Quedamos a la espera de las mismas, saludamos con dolor, con tristeza y sin paz.



Por Casas de Oración y Reflexión de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos... Of. Manuel Artigas 6989 - Capital Federal - República Argentina Tel. (011)39722935

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